Detectan nuevo caso de gusano barrenador: ganaderos alertan por impacto económico y cierre de fronteras

La detección de un nuevo caso de gusano barrenador en ganado procedente de Chiapas, ahora en el municipio de Montemorelos, Nuevo León, ha encendido nuevamente las alertas sanitarias en el sector pecuario, prolongando la incertidumbre respecto a la reapertura de la frontera para exportaciones hacia Estados Unidos.

Rogelio Soto Ochoa, presidente de la Unión Ganadera Regional (UGRD), informó que el hallazgo se registró en una engorda donde se recibieron dos jaulas de ganado provenientes del sur del país. En una de ellas, con 97 animales, se detectó un ejemplar afectado por miasis, aunque aclaró que la larva se encontraba casi muerta debido al tratamiento aplicado previamente en Chiapas.

“Desgraciadamente, casos como este hacen que Estados Unidos incremente las alertas y retrase cualquier decisión sobre la reapertura de la frontera, lo que pone una presión adicional sobre el gobierno mexicano”, señaló el dirigente.

Soto Ochoa destacó que la UGRD propondrá reforzar las medidas sanitarias en los estados del sur, sugiriendo que el ganado permanezca más tiempo en origen para garantizar que los tratamientos aplicados por el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA) eliminen por completo cualquier larva antes de su traslado.

Asimismo, insistió en la necesidad de restringir el movimiento de ganado proveniente de zonas afectadas hacia las engordas del norte del país. “Entidades como Sonora, Chihuahua y Coahuila ya han reforzado sus controles y no permiten el ingreso de animales del sur, incluso cuando cuentan con tratamiento”, apuntó.

El líder ganadero advirtió que estados con gran actividad pecuaria, como Durango —donde se ubican las engordas más grandes del país, en Tlahualilo—, enfrentan un riesgo constante por recibir animales de regiones con presencia del parásito.

Soto Ochoa lamentó que, pese a los esfuerzos y la cooperación con las autoridades sanitarias, la situación continúe afectando gravemente al sector. “La esperanza de una pronta reapertura de la frontera sigue viva, pero cada nuevo caso complica las negociaciones. Los estadounidenses no toleran ningún riesgo, incluso si la larva está prácticamente muerta”, explicó.

Finalmente, advirtió que el cierre comercial que ya se ha extendido por casi un año ha tenido consecuencias severas: las pérdidas acumuladas ascienden a más de 2 mil 500 millones de pesos, lo que anticipa un cierre de año económicamente catastrófico para los productores ganaderos del país.

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