Un 44% de las mujeres infieles en plataformas de citas son mexicanas, revelando un cambio en las relaciones de pareja.
La infidelidad femenina en México ha alcanzado un lugar destacado a nivel mundial, según un estudio realizado por el sitio web Ashley Madison, plataforma internacional dedicada a citas extramaritales. Este informe revela que un 44% de las mujeres mexicanas que buscan aventuras extramaritales lo hacen a través de sitios especializados. Así, México se posiciona como el país con mayor índice de infidelidad femenina en el mundo.
Las razones detrás de la infidelidad femenina en México
El estudio, que abarca a 36 países, explora los factores que impulsan a las mujeres mexicanas a buscar relaciones fuera del matrimonio. Según el sondeo, dos motivos principales destacan: la búsqueda de satisfacción sexual y la falta de atención y cercanía emocional por parte de sus parejas. Para muchas mujeres, estas relaciones representan una vía de escape, donde pueden experimentar placer sin el compromiso que implica una ruptura matrimonial.
«Es un fenómeno que responde a una serie de insatisfacciones emocionales y físicas», explica Víctor Hermosillo, director general de Ashley Madison en México. A diferencia de los hombres, quienes tradicionalmente han sido asociados con la infidelidad en términos de aventuras pasajeras, muchas mujeres buscan algo más profundo que trasciende la mera atracción física. Sin embargo, según el estudio, muchas de ellas también disfrutan de los beneficios adicionales que ofrecen sus relaciones extramaritales, como cenas en restaurantes exclusivos, escapadas a hoteles de lujo y regalos costosos.
Ciudades con más infidelidad: el papel de la tecnología en México
La Ciudad de México encabeza la lista de las urbes mexicanas con mayor incidencia de infidelidad femenina, seguida de Monterrey, Guadalajara y Tijuana. Este fenómeno está estrechamente relacionado con el acceso a internet y la proliferación de dispositivos móviles, los cuales facilitan la discreción y el anonimato en este tipo de relaciones. «La tecnología ha revolucionado la manera en que las personas se conectan y buscan nuevas experiencias», señala Hermosillo.
Con el avance de las aplicaciones móviles y sitios web de citas, la facilidad para iniciar una aventura extramarital ha aumentado significativamente. La mayoría de las usuarias mexicanas de Ashley Madison son mujeres entre 30 y 33 años, muchas de ellas madres de dos hijos y con al menos dos años de matrimonio. Este grupo representa una franja de la población que, aunque comprometida con la familia, busca mantener viva la emoción y el interés en su vida personal.
Infidelidad «a la mexicana»: perfiles y comportamientos
Para entender mejor este fenómeno, el estudio de Ashley Madison estima que el 33% de las mujeres en su plataforma cometen infidelidades, y de este grupo, el 44% son mexicanas. Esta estadística sitúa a México como líder mundial en infidelidad femenina. Según Hermosillo, la infidelidad femenina en México puede variar desde encuentros «inocentes» —donde puede haber solo un intercambio de besos— hasta relaciones más pasionales que incluyen la compra de obsequios lujosos.
Es importante notar que estas mujeres buscan un equilibrio que les permita mantener su vida familiar estable mientras disfrutan de su independencia y libertad. Con una base de usuarios de más de 850,000 personas en México, de los cuales 350,000 son mujeres, Ashley Madison sigue creciendo como una alternativa para quienes desean explorar más allá de sus relaciones formales sin arriesgar su estabilidad matrimonial.
Una tendencia en aumento: el papel de la cultura y el tabú
El estudio también sugiere que la infidelidad femenina en México, lejos de ser un tema marginal, refleja cambios en las dinámicas de pareja y en la percepción de la sexualidad. La apertura y el acceso a la tecnología han dado pie a un fenómeno donde los límites de la lealtad y el compromiso se replantean. Así, temas antes considerados tabú, como las citas extramaritales, se han normalizado entre ciertos sectores de la población femenina en el país.
«La infidelidad ya no es vista como una ‘falla moral’, sino como una forma de recuperar aspectos perdidos en la relación», concluye Hermosillo, aludiendo a cómo las necesidades personales juegan un rol cada vez más visible en el comportamiento de las parejas modernas.
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