Trabajadores recurren a servicios especializados para dejar sus empleos sin confrontaciones.
En Japón, la escasez de mano de obra y el temor a encarar a los jefes y patrones para renunciar al empleo, han dado lugar a un creciente fenómeno: las agencias que gestionan las renuncias de los trabajadores.
Si, ante las dificultades para dejar sus trabajos, algunos trabajadores optan por contratar servicios que les ayudan a comunicar su decisión de manera indirecta a los patrones. Este tipo de servicios ha ganado popularidad en un país donde muchos empleados «le sacan» a los conflictos laborales.
Una de las empresas líderes en este sector es Exit, cofundada por Toshiyuki Niino, quien lanzó la iniciativa después de enfrentar sus propias dificultades para renunciar a un empleo. Niino señala que en Japón no es común que las personas expresen abiertamente sus opiniones o deseos de cambiar de trabajo, lo que genera un entorno laboral complicado para aquellos que desean abandonar sus puestos.
Exit maneja más de 10 mil casos al año, en los que su personal comunica la renuncia de los empleados a sus jefes. El éxito de este modelo ha dado lugar a la aparición de competidores como Mo Muri y Yametara Eenen, quienes también ofrecen servicios similares.
En un contexto de envejecimiento poblacional y un mercado laboral cada vez más ajustado, muchas empresas tienen dificultades para retener a sus empleados.
Además, la escasez de trabajadores ha llevado a algunas empresas a contactar a las propias agencias de renuncias en busca de recomendaciones de posibles empleados. Aunque los salarios en Japón han comenzado a superar la inflación, muchas empresas no pueden o no quieren ofrecer compensaciones suficientes para mantener a su personal, lo que profundiza el problema.
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